En el trayecto hacia un futuro más limpio, la industria aeronáutica enfrenta uno de sus mayores desafíos: reducir las emisiones propias del sector y avanzar hacia un modelo más sostenible. Este enfoque busca garantizar que la conectividad mundial, facilitada por este medio de transporte, se desarrolle en armonía con la responsabilidad ambiental. El objetivo es contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, al mismo tiempo que se impulsa la innovación tecnológica y financiera necesaria para transformar la industria.
En este contexto, uno de los temas más relevantes y en tendencia es la implementación de proyectos para la producción de Combustible Sostenible de Aviación (SAF, por sus siglas en inglés). Esta alternativa al combustible tradicional derivado del petróleo está diseñada para reducir significativamente las emisiones de carbono del sector aéreo. El SAF se produce a partir de materias primas o residuos orgánicos, como aceites vegetales, grasas animales, desechos orgánicos y biomasa, lo que lo convierte en un paso clave hacia la modernización y sostenibilidad de la aviación.
Con base en lo anterior, la Aeronáutica Civil (Aerocivil) ha trazado la ruta para implementar y fortalecer el desarrollo de estos biocombustibles en el país mediante distintos documentos. Asimismo, actualmente se adelantan iniciativas legislativas que buscan regular la materia y promover su desarrollo.
En particular, se encuentra en segundo debate en la Cámara de Representantes el Proyecto de Ley 439 de 2024, “Por medio del cual se promueve e incentiva la producción, distribución y adquisición de combustibles sostenibles de aviación (SAF) en Colombia, para contribuir a la descarbonización del transporte aéreo y a la transición energética, y se dictan otras disposiciones – Ley de Combustibles Sostenibles de Aviación”. Este proyecto incluye la necesidad de establecer parámetros técnicos e incentivos económicos por parte del Ministerio de Minas y Energía y el Ministerio de Hacienda y Crédito Público (respectivamente) con el fin de fomentar la investigación y el uso de este tipo de combustible.
De igual manera, el Ministerio de Minas y Energía publicó recientemente el borrador de una resolución que define requisitos y lineamientos para la autorización y registro de productores e importadores de combustibles de aviación semisintéticos coprocesados y componentes sintéticos de mezcla (SBC), dentro de los cuales se incluyen los SAF. Esta normativa busca ofrecer seguridad jurídica a los productores e importadores, promoviendo también de esta manera el desarrollo de estas iniciativas en el país.
Dicho panorama representa una gran oportunidad para inversionistas en Colombia, considerando que el país es rico en materias primas requeridas para la producción de este tipo de combustible. De hecho, la Aerocivil, en un documento publicado en 2023, estableció que Colombia puede proveer muchos de los insumos necesarios para la producción de SAF, tales como el aceite de palma, caña de azúcar, aceite de cocina y biomasa.
El liderazgo de Colombia en la transición hacia combustibles sostenibles para la aviación ha sido reconocido incluso a nivel internacional. La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha emitido recomendaciones para impulsar el desarrollo de estos combustibles en la región, lo que reafirma la postura de que el país tiene una oportunidad única para posicionarse a la vanguardia de esta transformación.
Teniendo en cuenta lo expuesto, el desarrollo de proyectos para la producción de Combustible Sostenible de Aviación (SAF) se perfila como un escenario ideal para la estructuración bajo esquemas de Project Finance en el país. En el caso del SAF, la estructura propia del Project Finance, en la que el repago de la deuda se sustenta en los flujos futuros del proyecto, resulta especialmente atractiva. Este modelo permite la participación de diversos actores —productores, aerolíneas, inversionistas institucionales y entidades financieras—, garantizando así la viabilidad económica a largo plazo.
Adicionalmente, la combinación de incentivos gubernamentales, de los potenciales contratos de suministro a largo plazo y la creciente demanda global de combustibles sostenibles, convierte al SAF en un activo estratégico para inversionistas que buscan proyectos con impacto ambiental positivo y retornos competitivos.
En definitiva, la transición hacia combustibles sostenibles no solo es una respuesta a los retos ambientales, sino también una puerta abierta a la innovación y la rentabilidad. Colombia, por su destacada relevancia en la agroindustria a nivel global y sus avances en la construcción de un marco normativo especializado, se perfila como un escenario estratégico para el impulso y desarrollo de proyectos SAF.
Las empresas que se sumen a esta transformación no solo contribuirán a la descarbonización global, sino que también accederán a un mercado emergente con alto potencial de crecimiento, incentivos gubernamentales y oportunidades de liderazgo en la región. Invertir hoy en sostenibilidad aeronáutica es invertir en el futuro de la conectividad mundial.
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